La capilla de la Casa Salesiana de Alcalá de Guadaíra acogió un emotivo y profundo pregón de la Navidad a cargo de D. Antonio González Rodríguez, maestro salesiano recientemente jubilado, figura muy querida en la comunidad educativa y referente del compromiso cristiano y social en la ciudad.
El acto contó con la presencia del director de la Obra Salesiana, miembros de la Comunidad Educativa-Pastoral, miembros de la corporación municipal, representantes de la Asociación de Amigos de los Reyes Magos de Alcalá —Gran Visir, Estrella y enviados de Sus Majestades—, así como familiares, compañeros docentes y numerosos amigos, que quisieron acompañar al pregonero en una cita tan especial.
La presentación corrió a cargo de su hijo, Antonio Luis González Ramírez, también docente del centro, quien trazó un entrañable retrato personal y espiritual de su padre. En sus palabras destacó no solo su dilatada trayectoria como educador salesiano, sino su vida entregada al servicio, la fe vivida con coherencia y su profunda devoción a María Auxiliadora.
Durante el pregón D. Antonio ofreció una reflexión intensa y pedagógica, fiel a su vocación docente, en la que denunció la pérdida del verdadero sentido de estas fiestas frente al consumismo y reivindicó la esencia cristiana del nacimiento de Jesús: “Navidad es que nace Jesús, y si Jesús es amor, en Navidad nace el Amor”.
Con un lenguaje cercano y cargado de imágenes, el pregonero transformó simbólicamente la capilla en un aula, repasando vivencias escolares, recuerdos del belén construido con los alumnos, escenas cotidianas del colegio y testimonios reales donde, Jesús “salta de los brazos de María Auxiliadora” para hacerse presente en los patios, las clases y los gestos sencillos de amor y solidaridad.
El discurso estuvo marcado por constantes referencias a la vida salesiana, a la infancia, a la educación como acto de amor y a la importancia de vivir la Navidad durante todo el año. Especial emoción despertaron sus evocaciones a la Cabalgata de Reyes Magos, a la operación kilo, a los villancicos, al Belén Viviente y a la entrega silenciosa de tantos docentes que encuentran en los alumnos el sentido de su vocación.
El pregón concluyó con una sentida oración a María Auxiliadora, a quien D. Antonio entregó públicamente su vida, su fe y su camino, reconociéndola como pilar de la Familia Salesiana en Alcalá y guía constante de su trayectoria personal y profesional.
El acto se convirtió así no solo en una exaltación navideña, sino en un testimonio vivo de una vida dedicada a educar, servir y amar, dejando una huella imborrable en generaciones de alumnos y en toda la Casa Salesiana.



